La puerta se abrió lentamente abriendo
paso a una oscura y pequeña habitación de la que hacía años que
nadie salía. El olor a incienso y a algo indescifrable hizo al
hombre dar un paso atrás. ¿Cómo podía vivir alguien en esas
condiciones? Con una de las manos tapando su nariz buscó el
interruptor de la luz, cuando al fin lo encontró lo pulsó varias
veces, comprobando que no había ninguna posibilidad de saber por
donde andaban. Ninguna voz podía distinguirse, tampoco ninguna
figura en la oscuridad. Nada que demostrase que alguien llevaba años
encerrada allí, el agente dio un paso adelante tropezando con algo
de basura, un estruendo metálico alertó al hombre y a la mujer que
había aparecido tras él.
El hombre se inclinó y, entre comida
en plena putrefacción, por suerte llevaba guantes, encontró un
oxidado cuchillo con algo que podría ser sangre seca. Rápidamente
sacó una linterna, esperando encontrase con lo peor, un cadáver.
Pero al iluminar una de las esquinas vio algo mucho peor, una pálida
y delgada chica yacía en una esquina, encogida y parecía estar
dormida.
- Coraline - La voz del hombre logró
despertar a la joven, que rápidamente abrió los ojos y se encogió
aún más, empezando a sollozar pidiendo perdón. En la mente de
Coraline volvieron a aparecer los mismos ojos que hace unos años
destruyeron sus pocas ganas de vivir. El agente retrocedió unos
pasos dejando que fuese la enfermera que iba tras él quien se
acercase a la joven.
- Coraline, han venido a verte. Quieren
hablar contigo. Van a atrapar a quien te hizo.. eso.. - La voz de la
enfermera, una mujer alta de cabello muy rubio, casi albino, y
rizado, sonaba dulce y casi maternal. Ella seguía temblando en una
esquina, con miedo de lo que pudiera pasarle. - No te van a hacer daño. - Coraline se puso en pie y se tambaleó entre los restos de comida, las bolsas vacías y toda aquella basura que había acumulado durante los últimos años. No miró a los ojos al agente, simplemente lo siguió hasta una sala demasiado iluminada para su gusto, tantos años sin luz habían provocado que la simple luz de una bombilla quemase su piel.
- Bien.. Eres Coraline Collins ¿no? - Murmuró el agente sentándose en la silla que quedaba en el interior de la habitación y rebuscando entre algunos documentos que Coraline no quiso mirar por temor a que relataran su caso. Con paso indeciso se sentó en la silla que quedaba al otro lado de la mesa en la que yacían los documentos. Nadie parecía haberse fijado en las heridas de sus brazos, ni en la gran cantidad de sangre que tenía en su vestido blanco. - Nadie me cree... Él ... está aquí... cerca... - La voz nerviosa de Coraline se oía ahora en un tono de voz demasiado elevado, sonando a amenaza.
- Lo sabemos. Juliet ha sido secuestrada. - Dijo el agente con su rostro serio mientras acercaba a Coraline una foto de su hermana pequeña. El rostro de Coraline se transformó rápidamente. - ¿¡Se llevó a Juliet!? ¡La matará! ¡Deben hacer algo! - El corazón de Coraline iba rápido, tenía miedo, miedo por que su única familia muriera o la dañaran como le hicieron a ella. - Tranquilízate. Tu hermana está a salvo. - El hombre volvió a revolver los papeles y sacó lo que parecía ser un expediente, Coraline se fijó por primera vez en el rostro del hombre esperando a que leyera el expediente en voz alta. El hombre parecía ser bastante mayor, su pelo era canoso y en su rostro se notaba el horror de haber conocido crímenes demasiado crueles. Pero el hombre no leyó nada, sino que le puso el expediente de Juliet al lado para que lo leyera.
- Tu hermana, según tengo entendido, padece un trastorno de la personalidad antisocial. Es.. lo que se llama una sociopata ¿no? - El hombre se había levantado y caminaba pensativo, cuidando bien las palabras que usaba. Coraline asintió con un rostro bastante horrorizado, odiaba esa parte de su hermana. - Pues según el perfil que se le atribuye a tu agresor - una mueca apareció en el rostro de Coraline - él es un psicópata que probablemente intente manipular a tu hermana. Ella sobrevivirá simplemente porque para él será útil. Si tenemos suerte y tu hermana es lo bastante lista.. - La mirada de Coraline fulminó al agente - que no dudo que lo sea, se mantendrá con vida hasta que la encontremos.
- ¡La va a dañar! ¿No lo entiende? Hará que ella misma le pida que la mate.. - Coraline se derrumbó y comenzó a llorar desconsolada. Pero el agente no dijo nada, se quedó callado mientras repasaba la situación. - La ayudaremos.. haremos todo lo posible para que esté de vuelta contigo. - Una leve sonrisa se dibujó en su rostro con la intención de calmar el llanto de Coraline - Bueno, debo informarte de que te cambiaran de habitación. Irás a aislamiento durante unas semanas, creen que estarás más segura allí, y esas heridas no deberían existir. - El tono usado por el agente no mostraba reproche, pero a Coraline le dolieron esas palabras. Pronto las enfermeras le mostraron su nueva habitación, estaba mucho más limpia y la luz era realmente molesta. A regañadientes se instaló en esa habitación, dónde sus oportunidades de regresar junto a su hermana se habían desvanecido.
Me gusta, me gusta!
ResponderEliminarEl problema es que cada vez van apareciendo más y más personajes y me lío.. con los nombres y eso:)
Pero está genial:)
Espero el siguiente porfis!
:) Cuando te líes hay un apartado en el que se describen a los personajes. Me alegra que te guste ^^
EliminarEste lunes subiré otro :)