- ¡No digas estupideces! Sabes que eso
no es verdad. - Lynn reía tirada en el suelo mientras empuchaba a su
acompañante para que también acabase en el suelo. El césped seguía
mojado por la lluvia que había amenazado con un nuevo día de frío
durante la noche, pero para sorpresa de todos el sol había salido y
la temperatura era bastante agradable.
- ¿Me lo vas a volver a negar? - La
risa de Lynn dejó de oírse durante unos minutos en los que fingió
estar pensando. Al fin asintió riendo de nuevo, pero su acompañante
no aceptó su negativa, se sentó sobre ella y empezó a hacerle
cosquillas. - Vamos admítelo, no seas cobarde. Te he visto mirarle.
- Charlotte ocultaba algo de verdad en su broma, sabía que Lynn
llevaba un tiempo mirando a un chico, probablemente le gustase pero
todos sabían que Lynn era ese tipo de niñas inocentes que basan sus
relaciones en abrazos y sonrisas. A sus catorce años, Lynn era una
chica pelirroja quizás demasiado delgada pero de gran belleza.
Charlotte no pasa un día en el que no recuerde a la Lynn del pasado,
a la chica triste que apenas hablaba con nadie. Pero todo aquello era
agua pasada, Lynn era ahora una niña alegre que jamás perdería una
oportunidad de divertirse, o al menos eso aparentaba.
- ¿Mirarle yo..? Estás de bro.. -
Lynn no fue capaz de acabar su frase, un gran pitido taponó sus
oídos y su vista se nubló volviéndose totalmente negra. De fondo
pudo oír gritos, gritos indescifrables pero que reflejaban miedo. Al
segundo siguiente se sumergió en un sueño, lo próximo que sintió
fue algo metálico sobre la fina camisa negra, fuertes ruidos
llamándola, pero ella no quería ir, se sentía bien en ese espacio
vacío, silencioso..
Su sueño se interrumpió, pero no para
regresar a la realidad, sino para recordar.. La puerta de su
habitación se abre con sigilo, ella mira con miedo la imagen oscura
que se acerca a ella. Pero para su desgracia no es su hermano
gritándole, tampoco su madre castigandola por seguir despierta.. es
la misma visita de cada noche. La ansiedad crece y se levanta con
miedo... Todo se vuelve negro, vuelve a sentir el mismo dolor.. Tras
eso el inmenso vacío se desvaneció, ahora todo volvía a ser negro,
unos instantes después abrió los ojos con dificultad y se encontró
en el lugar que desconocía.
Una brillante luz blanca obligó a Lynn
a volver a cerrar los ojos, ¿dónde estaba? ¿qué había pasado?
Algo aturdida hizo un ademán de levantarse, pero un fuerte dolor y
algo en su brazo le impedían moverse, llevó su mano izquierda al
motivo por el cual no pudiera moverse. Una vía. Era algo que Lynn
conocía bastante bien, ¿cuantas veces había acabado en un hospital
malherida? Cerró los ojos conteniendo sus lágrimas, no quería ver
a los médicos, tenía miedo. Otra vez la acusarían, esta vez no se
libraría.. La enfermera entró en la habitación y le sonrió de
forma fría. Odiaba esa sonrisa pues para Lynn era un sentencia a
muerte. Mientras la enfermera tomaba la temperatura de Lynn, que
yacía totalmente pálida y encogida entre la fina sabana blanca,
entró el médico al que tanto temía Lynn.
- Nos volvemos a ver señorita Castle..
- Murmuró mientras ojeaba unos papeles. - ¿has vuelto a desmayarte?
- hizo una mueca y se acercó a Lynn tomando el termómetro - ¿sabes
lo que significa eso? - Murmuró sin prestar atención a la paciente.
Claro que sabía lo que le sucedería, pero no había sido culpa
suya, ella nunca tuvo esa estúpida enfermedad. Mientras Lynn asentía
con miedo el médico se acercó a ella y le puso una pulsera blanca.
- Bueno Castle, hablaré con tu padre y después pasaré por aquí
para hacer oficial tu ingreso en el hospital. - Lynn se paralizó por
el miedo y protestó en silencio, con lágrimas en sus ojos. Ya daba
igual todo lo que dijese, estaba todo perdido.. ¿quien iba a
creerla? Todos los síntomas de esa dichosa enfermedad se podían ver
en ella, pero Lynn no estaba enferma, ella tenía un problema mucho
más grave que eso.
Varios días después llegó el padre
de Lynn y le informó que volverían a casa. Lynn se sintió feliz
durante unos segundos, pero pronto se borró su alegría, debía
volver a casa.. Subió al coche temerosa, “el viaje será largo”
informó el padre. Lynn quiso preguntar, pero se silenció, realmente
su casa quedaba cerca del hospital..